martes, 10 de diciembre de 2019

Happening


Happening. Término acuñado por Allan Kaprow en 1959. Es una manifestación colectiva que requiere la participación activa del público y en la que el proceso tiene tanto interés, si no más, que el resultado. Los artistas que utilizan este método muestran un claro rechazo a la manera tradicional de la creación de la obra de arte. Su origen proviene del desarrollo del Assemblage y del Environment y se inicia y desarrolla principalmente en Estados Unidos, siendo sus protagonistas: John Cage, Kaprow, Jim Dine, Rauschenberg o Lichtenstein, entre otros. Fuera de América el happening fue utilizado por el grupo Gutai en Japón y por el grupo Fluxus. Íntimamente ligado al Teatro, a las acciones y al Arte de la Performance, el happening recuerda ciertas manifestaciones del futurismo y del dadaísmo, y seduce a muchos artistas Pop, pero también a artistas conceptuales y partidarios del body art.
El origen del happening habría que buscarlo en el Surrealismo, en el llamado Teatro de la crueldad de A. Artaud y en la práctica misma del collage (entendido éste en su sentido más amplio, que abarca tanto fragmentos u objetos como acciones o personas).
El Happening establecía una relación estrecha con el público, inmerso, generalmente, en los espectáculos, reclamando su participación. En el happening intervenían, además, tres medios expresivos: el plástico-visual, el musical (sonidos y ruidos) y el teatral (monólogos y diálogos), aunque a veces incorporaban olores.
A pesar de que hacían uso de situaciones espontáneas, no se trataba de meras improvisaciones; el artista-creador preparaba un guión en el que se indicaban el escenario y las acciones, aunque dejaba los detalles a la libre elección de los actores-espectadores. Los trabajos del músico John Cage -sobre todo, sus conciertos en Black Mountain (1951-1952)- podrían considerarse un precedente histórico del Happening.


Las representaciones de los happenings se realizaban, generalmente, al aire libre, aunque también se desarrollaban en espacios cerrados (tiendas, almacenes, metros, etcétera). El carácter abierto de sus estructuras y la indeterminación espacio-temporal (a veces estas acciones se realizaban en distintos locales y ciudades e, incluso, en diversos momentos, con la intención de romper con el sentido estático del teatro tradicional), hacían casi incompatibles estas manifestaciones con las instituciones artísticas usuales (museos y galerías).
Con ello, los creadores de happenings pretendieron mantenerse alejados de los habituales círculos de comercialización. Sin embargo, muchos de estos espectáculos tuvieron como escenario importantes galerías, como la Reben Gallery de Nueva York.
Fue en los Estados Unidos de América donde se rea­lizaron las primeras manifestaciones de happenning, es­timuladas por las obras neodadaístas de Jasper Johns y de Rauschenberg. En la Reben Gallerg, Kaprow montaría, en octubre de 1959, su primer happening, que llevaba por título 18 happenings in 6 parts.

A este siguieron otros, como Coca Cola Shirley Cannonball?, A Spring Happen­ing, The Courtyard, A service for the Dead. Kaprow se sentía muy cercano al automatismo de la «action painting», en especial al de Pollock, porque existían diferencias notables, pues mientras ésta prescindía de la capacidad crítica de reflexión, el «arte acción» de Kaprow activaba no sólo la imaginación, sino también la reflexión, así como el distanciamiento del espectador con respecto a la acción.
Con similar intensidad, y dentro del contexto americano, han realizado happenings Robert Whitmann, que trabajó, fundamentalmente con celofán; Claus Oldenburg, que utilizó objetos en movimiento (los hombres entraban, asimismo, en la categoría de “objetos”); y Jim Dine. Para algunos críticos, estos montajes no fueron más que manifestaciones antiburguesas; un rechazo o una crítica al conformismo desplegado por los artistas pop.
El happening realmente comprendía la extensión de una sensibilidad artística, o más precisamente una sensibilidad "collage-entorno" a una situación compuesta también por sonidos, duraciones de tiempo, gestos, sensaciones, incluso olores. Sus raíces permanecían en el estudio del artista y no en el teatro. No se suministraba al espectador un modelo de libreto y carácter; en cambio se lo bombardeaba con sensaciones que debía ordenar bajo su propia responsabilidad. Ésta era la esencia de una obra como El patio de Allan Kaprow. Aquí uno de los ejecutantes era un hombre que andaba lentamente en bicicleta, en círculos alrededor del espacio de la representación. Lo que usted elaborase con esto, si se encontraba allí, era cuestión suya.


Muchos artistas pop, incluyendo a Jim Dine y Claes Oldenburg, estuvieron mezclados con los happenings. Quizás el más recordado de todos los eventos de Nueva York en este período sea El accidente automovílistico de Jim Dine, que se representó en la Galería Reuben en noviembre de 1960. Las fases sucesivas (que duraron como veinte minutos en total) eran una alegoría de laEn los Estados Unidos, la moda de los happenings decayó, no sólo a causa de que los propios eventos perdieron su novedad, sino porque su papel les fue gradualmente robado por el teatro experimental o teatro fuera de Brodway. Éste adoptó no sólo muchas de las técnicas, sino también el nuevo ethos que los happenings ayudaron a crear. En general, desde principios de la década del sesenta, la narrativa ha jugado una parte cada vez más pequeña en el teatro de avant-garde e igualmente ocurrió con la creación de carácter. Estos cambios brotan del arte contemporáneo.
Muy bien podría haber sido el mayor conservadorismo de las actitudes culturales en Europa el que hizo que, a pesar de que los happenings dejaron súbitamente de estar de moda en Norteamérica, hubiera un surgimiento del entusiasmo por ellos a través del Atlántico, donde se los describió generalmente como "eventos". Los países donde había quizá más actividad eran Inglaterra, Alemania y Austria. Fuera de Europa, se crearon eventos espectaculares en Japón. Los espectáculos montados por los europeos diferían en muchas maneras de los happenings norteamericanos que les precedieron.

Eran más abstractos, menos específicos incluso que sus predecesores. Gran parte de su energía iba a la exploración de situaciones extremas. A veces, evidentemente, los artistas que tomaban parte en ellos parecían concentrarse en una búsqueda desesperada de lo inaceptable, de algo que los devolviese a la posición de rebeldes y enemigos de la sociedad. Al mismo tiempo, estos eventos europeos eran marcadamente más intelectuales que lo que se había hecho en los Estados Unidos. Había menos disposición para considerar esta forma de actividad como un mero retozo en el mundo del arte.
La obra aún más extrema, violenta y terrorífica pertenece a varios miembros del Grupo Viena en Austria; entre ellos Hermann Nitsch, Otto Muehl, Günther Brus y Rudolf Schwarzkogler. Muchos de sus eventos y acciones son irrefrenadas expresiones de fantasía sadomasoquista. Nirsch ha pretendido que toma sobre sí "lo aparentemente negativo, desabrido, perverso y obsceno, la pasión y la histeria del acto de sacrificio de manera que USTED se evita el desdoroso, vergonzoso descenso hacia el extremo". Esto, válido o no, es un ejemplo de la aspiración hacia la intelectualidad, desconocida para los realizadores norteamericanos de happenings de principios de la década del sesenta. El polo opuesto a la obra de este tipo estaba representado por el Estilo Bonito, la actitud estudiada, y las "performances" de los ingleses Gilbert y George.s palabras del título.


La propuesta original del happening artístico tiene como tentativa el producir una obra de arte que no se focaliza en objetos sino en el evento a organizar y la participación de los "espectadores", para que dejen de ser sujetos pasivos y, con su actividad, alcancen una liberación a través de la expresión emotiva y la representación colectiva. Aunque es común confundir el happening con la llamada performance el primero difiere de la segunda por la improvisación, dado que es difícil una real improvisación, por la imprevisibilidad.
El happening en cuanto a manifestación artística es de muy diversa índole, suele ser no permanente, efímero, ya que busca una participación espontánea del público. Por este motivo los happenings frecuentemente se producen en lugares públicos, como un gesto de sorpresa o irrupción en la cotidianeidad. Un ejemplo de ello son los eventos organizados por Spencer Tunik en los cuales se implican a masas de gente desnuda.
Resulta imposible hablar del happening y no hablar de su creador por asi llamarlo, hablamos de Allan Kaprow, nació en Atlantic City, Estados Unidos, en 1927. Alumno de Hans Hoffman, sus inicios estuvieron marcados por el expresionismo abstracto primero y después por el collage. En el año 1959, su exposición 18 Happenings in 6 parts, marcó el comienzo de una nueva forma de arte que incluía actividades que requerían la participación del espectador y que se extendió por Europa y Estados Unidos. Falleció en Encinitas, California, el 5 de abril.
Allan Kaprow ocupó un lugar esencial en la historia del arte del siglo XX al estar en el origen y desarrollo de la forma de arte que denominamos happening, del que se le considera unánimemente su fundador. Su obra 18 happenings in 6 parts que tuvo lugar en la Reuben Gallery de Nueva York en otoño de 1959, bautizó con este nombre, happening, una compleja serie de actividades de artistas norteamericanos y europeos que consideraban que el arte no podía desligarse de la vida y en el que el espectador entraba a formar parte de la obra de arte. Murió el pasado miércoles 5 de abril de causa natural en su casa de Encinitas, California, a los 79 años de edad.
La trayectoria artística de Kaprow se inicia en el campo de la pintura siendo alumno de Hans Hoffmann en Nueva York. A partir de 1952 fue abandonando el expresionismo abstracto para pasar al collage, realizado con materiales diversos (papel de periódico, fotografías, telas, comida...), a los objetos y al espacio. En sus ensamblages de objetos diversos, realizados para unos espacios determinados, el espectador fue adquiriendo un papel cada vez más importante.
El curso de música experimental dirigido por John Cage en la New School for Social Research de Nueva York (en 1956-1958) tuvo a su vez para Kaprow una influencia fundamental en su interés por crear una forma artística que aproximara el arte a la vida.
Sus environments se mostraron inicialmente en importantes galerías y museos: Beauty parlor (1957-58), en la Hansa Gallery de Nueva York; Stockroom (1960), en el seno de la exposición Motion in art del Moderna Museet de Estocolmo; Yard (1961), realizado en el jardín de la Martha Jackson Gallery de Nueva York; Push and pull (1963), esponsorizado por el Museo de Arte Moderno de Nueva York; todos ellos ponían en cuestión la noción de escultura para ser ambientes transitables y perecederos.
Paralelamente, sus primeros happenings tenían lugar en espacios fuera del circuito artístico: apartamentos, almacenes, gimnasios... como su famoso Courtyard (1962). En l970 pasó a llamarlos actividades. Sus obras se dedicaban a hacer perceptibles pequeños gestos cotidianos y a involucrar a los participantes, orquestando micro eventos.


Cuando lo invité a crear una acción en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona, en septiembre de l995, ideó Clean, en donde dos performers limpiaban el patio, ya impoluto, del Centro, mientras otros dos limpiaban paralelamente el hall, todos conectados mediante walkie-talkies. En la mesa redonda final, que congregó al artista y sus participantes, Kaprow dijo que "limpiar es sólo desplazar la suciedad de una parte a otra". Y añadió: "He aprendido mucho de vuestras historias; quizá haya algo de zen en ellas: la expresión personal".
Desde los años sesenta, Kaprow ha estado presente en importantes exposiciones como Happening & Fluxus, en la Kölnischer Kunstverein, Colonia, en 1970, o, más recientemente, Hors limites, en el Centro Georges Pompidou y el MACBA de Barcelona (1994).
Sus escritos constituyen una contribución esencial en el campo del arte alternativo de los sesenta y los setenta, que tanto influiría a la joven generación actual: Assemblage environments happenings fue publicado en 1966; Untitled essays and other works, en 1967; Sweet wall, testimonials, en 1976, y Essays on the blurring of art and life, en l993.

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