VISITA A GENALGUACIL

 

 

Aunque esta entrada sea breve creo que será de las entradas más importantes que he subido hasta el momento. Esta entrada narra la visita que realizamos yo y mis compañeros al pueblo museo de Genalguacil. Todo comienza con la elección de nuestro tema para el blog, entonces Juanjo nos sugirió que fuéramos a visitar dicho lugar y tanto yo como mis compañeros nos dispusimos a visitar aquel maravilloso lugar. La visita tuvo lugar un viernes, ya que ese día o tenemos clase, la primera anécdota del viaje viene a continuación, cuando desayunando en Osuna vemos que en el GPS nos marca que se encentra a 71 kms, es decir una hora más o menos de trayecto, a medida que realizábamos en coche nos damos cuenta que el GPS del coche marca 150 kms, es decir el doble, pero ya nos habíamos dispuesto a realizar la visita y no era momento de echarnos atrás. Dos horas y media de viaje después llegamos al pueblo en cuestión. Al llegar yo y mis compañeros nos dirigimos al ayuntamiento local, mientras caminábamos hacia allí nos percatamos de que aquel no era un lugar cualquiera sino que esa pequeña región recogía una magia y un encanto que no se veía muy a menudo. Al llegar al ayuntamiento nos recomiendan visitar el museo local y hacia allí nos dirigimos. Cuando estábamos visitando dicho museo la recepcionista llamo al alcalde del pueblo el cual acudió raudo a nuestra visita y además de obsequiarnos con mucho material que nos serviría para la redacción y mejor entendimiento de la visita nos hizo una visita guiada por dicho museo. Una vez que nos separamos de Miguel, el alcalde de Genalguacil, recorrimos las calles laberínticas del pueblo, de no más de 200 habitantes, y allí fue donde tanto yo como mis compañeros quedamos asombrados de como un pueblo es capaz de volcarse tanto con la iniciativa del ayuntamiento para evitar la despoblación. Mis compañeros y yo terminamos la visita hacia las 4 de la tarde y camino a casa paramos a almorzar en la ciudad de Ronda. Camino de vuelta me quede pensando en el lugar y con la sensación agria de pensar que algo seguro se nos había quedado sin ver y pensando que muy buena era esa excusa para hacer de nuevo una visita a Genalguacil que es mas que obligatoria, porque no solo es la cantidad de arte y conocimiento que adquirimos ese día sino la convivencia con mis compañeros fuera del aula.